Sonrisa permanente

Lo tengo que explicar, que sino reviento.

Hoy tenía una reunión conjunta con la ponente del proyecto y los que serán mis jefes durante las prácticas en el centro de investigación. La profesora no ha desaprovechado la oportunidad de visitar un centro tan poco habitual y así veía lo que yo intentaba describirle. La propuesta inicial del módulo de síntesis se ha reconducido hacia algo más sencillo, mucho más a mi alcance; pero que les resuelve muchos más problemas, ya que lo que haré no lo comercializa nadie y mejora las posibilidades de exploración de pacientes.

Mientras me explicaban el aparato que necesitaban construir y su función no podía dejar de pensar en la flor en el culo que tenido encontrando gente así tan profesional y a la vez tan cercana.

Lo mejor ha sido cuando ha acabado la reunión y la ponente se ha ido, porque he pedido al ingeniero responsable de los equipos que me aclarara unas dudas sobre el tomógrafo PET para la asignatura de Diagnóstico por la Imagen. El tío me ha llevado a su despacho y me ha mostrado imágenes de casos reales -da un poco de repelús cuando piensas que tras los píxeles brillantes que delataban un tumor cerebral se encontraba una paciente de verdad-, y me ha dado un par de libros técnicos sobre los principios de funcionamiento del tomógrafo. Total, que he tenido a un coco de la bioingeniería dándome una clase particular por la patilla. Y ahí no acaba la cosa, sino que me ha dicho que puedo pasarme por allí cuando quiera e incluso tomar imágenes para ilustrar el trabajo de Diagnóstico por la Imagen, que tengo a mi disposición todos sus isótopos radioactivos y los equipos. ¡Ejto es ingreíble!

Queda un poco pedantillo pero, ¡joder, me encanta lo que estudio!

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