Como desees

Como las noticias que llegan desde el hospital son muy buenas, hoy toca una entrada más divertida.

Por la mañana he ido a despedirme de Eli y a llevarle el cd mega-recopilatorio-que-te-cagas y el regalo: El festín del amor, de Charles Baxter, que se convirtió en uno de mis libros favoritos tanto por lo que explica por cómo lo hace.

Después de comer me ha entrado la somnolencia y mi cuerpo me pedía siesta. En un último intento he zappeado y he topado con algo que merecía saltarse la sobada. Empezaba La princesa prometida y, además, la daban en tv3, por lo que la podía poner en V.O. Creo que si me preguntaran por mi película favorita diría Sospechosos habituales o Batman Returns, pero no estaría haciendo justicia a una de las mejores películas de entretenimiento como La princesa prometida. Combina a la perfección el género romántico con el de aventuras y el humor con escenas y diálogos que se te quedan dando vueltas en la cabeza mientras luces una sonrisa de satisfacción. Impresionantes el desafío mental entre Vizzini y el pirata Roberts o el duelo entre Íñigo y el conde Rugen (Hola, soy Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre, prepárate a morir).

Los protagonistas de la historia no están solos, sino que van encontrándose con secundarios peculiares como El milagroso Max (un irreconocible Billy Crystal) o El albino.

Que no se me olvide la banda sonora de Mark Knopfler, que no roba protagonismo a la acción, sino que la enfatiza con unos simples punteos de guitarra.

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